GANCHO DEL LOBO es un movimiento de jóvenes chilenos, cuya misión y labor es difundir nuestro ideal, nuestra forma de pensar, nuestra visión en torno a esta sociedad y la contingencia internacional; así como también promover los valores patrios e identidad chilena, lo cual no resta nuestros lazos internacionales. A causa de nuestras creencias somos censurados, perseguidos y repudiados por los promotores del odio.

lunes

DESCABEZAMIENTO FFAA Y LAS AMENAZAS CONTRA CHILE


Sin Ejército, Chile queda totalmente desamparado, y con tal finalidad están trabajando para destruirlo. Si éste no hubiera intervenido el 11 de septiembre de 1973, Chile estaría hoy convertido en un Estado Marxista-Leninista, en manos del Comunismo Internacional.

No hace falta ser analista internacional o un gran sabio para saber que una garantía de soberanía nacional son las respectivas Fuerzas Armadas (FFAA) que cada nación independiente y soberana poseen. Estas instituciones no solo cumplen la tradicional labor de disuasión ante eventuales ataques extranjeros, de guerra y de entrenamiento para el combate, estas nobles instituciones, son un pilar fundamental en nuestra identidad nacional, en nuestro carácter y tradición bélica que cada chileno porta en su sangre, son un ejemplo de vida de acuerdo al honor, a la formación, y al amor a la patria. Es menester que las FFAA no sean una entidad apartada de la vida civil, éstas deben estar permanentemente cerca de la población, sus valores y tradiciones deben inspirar a toda la sociedad, a su vez, el pueblo de Chile debe amar a sus FFAA, tradicionalmente ha sido así durante casi toda la historia, siempre se nos enseñó a querer nuestro ejército y honrar a nuestros héroes y mártires militares; sin embargo, conjuntamente con el retorno a la democracia en nuestro país, se ha iniciado una campaña de odio y desprestigio hacia nuestras FFAA. Desde 1990 en adelante, todo el poder judicial, influenciado y totalmente controlado por quienes detentan el poder en nuestra nación, ha iniciado una cacería contra todos los militares que hayan cometido el terrible pecado de encontrarse de servicio en algún momento durante 1973 hasta 1990. El poder judicial, supuestamente independiente como lo señala la Constitución y las leyes, se encuentra totalmente manejado e influenciado por la nueva izquierda internacional, no se aplican las leyes sobre amnistía, no se aplica el mismo criterio a la hora de medir los sucesos de esa época, no se aplica la supuesta “igualdad” ante la ley, ya que haber militado en alguna organización de izquierda otorga un nuevo estatus preferencial ante la ley, solo comparable al fuero del que gozan algunas autoridades.
El caso mas reciente de esta campaña de odio es lo ocurrido con el general GONZALO SANTELICES, quien fue el oficial a cargo de pedir autorización a doña MICHELLE BACHELET para iniciar la gran parada militar del año pasado, ¿por qué se le persigue ahora? Cuando supuestamente se le está culpando por sucesos ocurridos hace más de 30 años, cuando ya se habían agotado toda clase de investigaciones en torno a los DDHH, caravanas de la muerte y similares; claramente es una señal de la gran izquierda (quienes manejan la concertación) de que detentan el poder judicial y que no habrá paz interna en nuestro país, que la fuerza está del lado de ellos y de que la destrucción y enlodamiento de nuestro ejército es un paso necesario para la ruina de nuestro país.

Analicemos nuestra actualidad en torno a esto, nuestras FFAA son víctimas del odio y la persecución, su imagen se encuentra por los suelos gracias a la metódica y sistemática campaña de odio que maneja la izquierda y el sionismo de nuestro país; a su vez, y simultáneamente con estos hechos, el plan ANDINIA se gesta descaradamente en el sur de nuestro país, dejando esta zona austral en un estado de abandono inaceptable, cuando ya sea demasiado tarde, nuestras FFAA se verán imposibilitadas de poder actuar debidamente.


A esto debemos sumarle la reclamación por parte de Gran Bretaña sobre el territorio chileno antártico, ya que cuando se fijen los límites definitivos al finalizar el tratado antártico (año 2041), es muy probable que Reino Unido tenga un poco mas de peso e influencia internacional que Chile.



Tampoco podemos olvidar las actuales pretensiones territoriales de Bolivia, quien no ha renunciado a sus aspiraciones de arrebatar grandes extensiones marítimas a nuestro país.

A su vez Perú exige por el norte grandes extensiones sobre nuestro mar territorial, estando totalmente en contra de las leyes internacionales y los tratados vigentes. Otro gran peligro que amenaza nuestro país, es el conflicto mapuche que se desarrolla en el sur, este gran problema es mucho más grave de lo que el común cree, es solo cosa de tiempo para que se desencadene un conflicto bélico con elementos subversivos de esa zona, para que nos transformemos en una segunda Colombia, donde la nueva guerrilla indígena-marxista no va a titubear en sembrar el terror en nuestra nación; ahora nos preguntamos, con todo el debilitamiento del cual es víctima nuestro ejército, ¿serán capaces nuestras FFAA de enfrentarse simultáneamente a todos estos peligros que nos amenazan?

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Ecologia nacional socialista


Adolf Hitler pronuncio estas palabras en uno de sus tantos discursos dirigidos al pueblo alemán, las mismas fueron finalmente materializadas en la ley del 24 de noviembre de 1933 sobre la Protección de los animales (Tierscchutzgesetz).
La legislación fue fuertemente argumentada por sus redactores en la obra:"El derecho alemán de la protección de los animales".

El devastador liberalismo había diezmado ya los frondosos bosques europeos para caldear los hornos industriales, la protección del medio ambiente era algo imposible hasta ese entonces así lo explican en su obra los redactores de la ley tierscchutzgesetz Giese y Khlerl, en 1939 bajo el título: El derecho alemán de la protección de los animales. En trescientas páginas se agrupan disposiciones jurídicas relativas a la nueva legislación, así como una introducción que expone los motivos «filosóficos» y políticos de un proyecto cuya amplitud, en efecto, no tenía entonces parangón.
El 3 de julio de 1934, se promulga una ley que limita la caza (Das Reichsjagdgesetz), y más adelante, el 1 de julio de 1935, otra ley pionera de la ecología moderna que es la Ley sobre la Protección de la Naturaleza (Reichsnaturschutzgesetz).
Dichas legislaciones surgen todas por encargo de Hitler, quien tomaba muy enserio la ecología, además del Fhürer también numerosas asociaciones ecológicas de la época se plegaban a la idea. Las leyes llevan entre otros las de los ministros afectados a ellas: Göring, Gürtner, Darré, Frick y Rust, y asi tambíen la de otros fervientes ecologistas del III Reich como Fritz Todt, Alwin Seifert y Rudolf Hess

Lo anterior esta extraido de un fragmento de un libro de Luc Ferry (ex ministro de Educación francés) titulado: "La ecología nacionalsocialista: las legislaciones de noviembre de 1933, julio de 1934 y junio de 1935"


Antes del Reich pensadores románticos del siglo XIX, como Schelling, Schlegel y Novalis, combatian la idea fabril de la naturaleza como recurso (pasible de ser explotada y vaciada) con otro tipo de sensibilidad e imaginación técnica: la que proclamaba una suerte de matrimonio hombre-naturaleza con la armonía, la fertilidad, la mística, el amor a la “Tierra Original” o Urlandscahft.

Tomando esta inspiración encontramos a otro gran defensor y difusor de la ecología de Reich llamado Walther Schoenichen, quien se destaco como uno de los principales teóricos nacionalsocialistas de la protección del medio ambiente. Según sus palabras las legislaciones de 1933-1935 constituyen la culminación del movimiento romántico, «la ilustración perfecta de la idea popular del romanticismo» (die Darstellung del völkischromantischen Idee). Resulta significativo que, pese a su aversión por Estados Unidos, (una repugnancia que se conserva intacta entre muchos jóvenes ecologistas alemanes) Schoenichen acoge como un acontecimiento decisivo para el establecimiento de una relación correcta con la naturaleza la creación, a mediados del siglo pasado, de los Parques nacionales americanos. Destaca, con absoluta seriedad, que la propia expresión en sí constituye un feliz hallazgo, puesto que comporta por lo menos una palabra que va en la buena dirección.

Schoenichen cita con énfasis los textos de Wilhelm Heinrich Riehl que anuncian la crítica de las justificaciones utilitarias, por lo tanto antropocéntricas, que se suele dar de la ecología en una perspectiva “medioambientalista”: “El pueblo alemán tiene necesidad del bosque. Y aun en el caso de que ya no tuviéramos necesidad de la leña para calentar al hombre exterior... no por ello dejaría de resultar igual de necesario para calentar el hombre interior. Tenemos que proteger el bosque, no sólo para evitar que se enfríe la estufa en invierno, sino para que el pulso del pueblo siga latiendo caliente, alegre y vital, para que Alemania siga siendo alemana”. En buena lógica, esta deconstrucción de la primacía de los intereses individuales se cierra con una reivindicación clara e inequívoca del derecho de los árboles y de las rocas: “Durante siglos nos han ido hinchando la cabeza con la idea de que el progreso era defender el derecho de las tierras cultivadas. Pero hoy en día, es un progreso reivindicar los derechos de la naturaleza salvaje junto al de los campos. ¡Y no sólo los de los terrenos arbolados, sino también los de las dunas de arena, de las marismas, de las garrigas, de los arrecifes y de los glaciares!”.
Estas ideas están especialmente presentes en la ley más importante, la que se refiere a la protección del reino animal, “esa alma viva de la campiña”, según la formulación de Göring.

Los redactores principales, Giese y Kahler, expresan en la Tierschutzgesetz nacionalsocialista una idea fundamental opuesta a todas las legislaciones anteriores, extranjeras o no, dedicadas a la misma cuestión. Esta originalidad se debe a que, por primera vez en la historia, el animal está protegido como ser natural, por si mismo, y no en relación con los hombres.
Estas leyes se separan de las corrientes filosóficas de la época las cuales defendían a los animales desde una orientación humanista lo que seria indicar que la crueldad para los mismos no era vista desde el respeto por la integridad salvaje sino mas bien desde la ética del hombre y de su buen obrar lejos de la violencia para con los hombres y así también para con las bestias.
Tierschutzgesetz comparada con otras leyes que entran en vigor en los demás países de Europa a finales de los años veinte, se destaca por su voluntad expresa de acabar con el antropocentrismo en su concepción.
«... el pueblo alemán posee desde siempre un gran amor por los animales y siempre ha sido consciente de las elevadas obligaciones éticas que tenemos para con ellos. Aun así, sólo gracias a la Dirección Nacionalsocialista el deseo, compartido por círculos muy amplios, de una mejora de las disposiciones jurídicas respecto a la protección de los animales, el deseo de la promulgación de una ley específica que reconozca el derecho que poseen los animales en cuanto tales a ser protegidos por sí mismos (um ihrer selbst Willen) ha sido llevado a la práctica».
Es importante destacar que antes de esta nueva legislación, todas las demás legislaciones, (incluidas las alemanas anteriores al nacionalsocialismo), indicaban que para que la crueldad hacia los animales fuera castigada era necesario que fuera pública y dirigida contra animales domésticos. Por consiguiente, los textos jurídicos no constituían “una amenaza de castigo que sirviera para la protección de los animales en sí mismos con el fin de preservarlos por adelantado de los actos de crueldad y de los malos tratos”, sino que estaban dirigidos en realidad a «la protección de la sensibilidad humana frente al penoso sentimiento de tener que participar en una acción cruel en contra de los animales.
En el párrafo primero de la Tierschutzgesetz se remarca bien el alcance de la misma:
…vale para todos los animales. Por "animal", en el sentido que lo entiende la presente ley, se comprenderán todos los seres vivos designados como tales tanto por el lenguaje corriente como por las ciencias de la naturaleza. Así pues, desde el punto de vista penal, no se hará ninguna diferencia entre animales domésticos y otros tipos de animales, ni entre animales inferiores y superiores, como tampoco entre animales útiles y nocivos para el hombre....
El tema de la “caída”, y de la “decadencia” está omnipresente en estas leyes. A la naturaleza original y auténtica se opone la barbarie destructora inherente a la economía liberal moderna. Eso es lo que de entrada subraya, con términos significativos, el preámbulo de la Reichsnaturschutzgesetz del 26 de junio de 1935, retomando así la visión romántica de una historia en tres movimientos: edad de oro, caída y restauración:

“Hoy como antaño, la naturaleza, en los bosques y en los campos, es objeto del fervor nostálgico (Sehnsucht), de la alegría y asimismo el medio de regeneración del pueblo alemán”.

“Nuestra campiña nacional (heimatliche Landschaft) ha sido profundamente modificada en relación con las épocas originales, su flora ha sido alterada de múltiples maneras por la industria agrícola y forestal así como por la concentración parcelaria unilateral y el monocultivo de las coníferas. Al mismo tiempo que su hábitat natural iba reduciéndose, la fauna diversificada que vivificaba los bosques y los campos ha ido menguando”.

“Esta evolución se debía con frecuencia a necesidades económicas. Hoy en día, ha surgido una conciencia clara de los daños intelectuales, pero también económicos de semejante trastocamiento de la campiña alemana”.

“Antes, los emplazamientos de los "monumentos nacionales" nacidos con el cambio de siglo sólo podían dotarse de medidas de protección a medias porque no se contaba con las condiciones políticas e intelectuales (weltanchauliche Voraussetzungen) esenciales. Únicamente la metamorfosis del hombre alemán iba a poder crear las condiciones previas de una protección eficaz de la naturaleza”.

“El Gobierno alemán del Reich considera su deber garantizar a nuestros compatriotas, incluso a los más pobres, su parte de belleza natural alemana”. Así pues, ha promulgado la ley del Reich con el fin de proteger la naturaleza . ».

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miércoles

Prejucios del racismo


Los racistas quieren exterminar a las otras razas o por lo menos explotarlas.
Hubo, en efecto, exterminio de razas: el genocidio de los Pieles Rojas en nombre de la religión, luego de la democracia; e1 de los habitantes de Tasmania en nombre de nada, como partida de caza.
No era obra de racistas. (15)
Ciertamente, todas las doctrinas han conocido desviaciones extremas. Los exaltados justificaron la matanza de herejes por, la religión. El patriotismo, sin embargo, legítimo cuando, se defiende, encubrió todas las conquistas, todos los yugos, todas las El racismo, también puede ser traicionado por exaltados obtusos y criminales que utilizan el odio y predican el aniquilamiento de las demás razas, a imagen, de Catón pidiendo la destrucción de Cartago. Pero al hacer esto traicionan a su raza, que debe elevarse con sus propias fuerzas y no con las ruinas de los otros.
Este racismo no es el nuestro. Sabemos que somos una parte de esta vida que, en millones de formas, lucha por la ascensión a fin de hacerse más fuerte y más hermosa. “Los hombres son todos hermanos nos dicen. Nosotros decimos más: “Somos no solamente hermanos de las otras ramas, sino también hermanos del animal y hermanos de la planta”. Y no son los racistas los que exterminan los leopardos, para vestir las damas de la ciudad, tan elegantes, como inconscientes, o que masacran los bosques para fabricar papel de diario. Cada especie, cada raza, es una manifestación de la vida, y no tenemos el derecho de suprimir ni una sola, aun la más modesta, con el pretexto de nuestra fuerza momentánea, de las probabilidades que tiene, por sus cualidades propias, de desarrollarnos sólo dentro de un millón o mil millones de siglos. Pero, como una raza entre otras, tenemos el deber de ampliar nuestras cualidades. No nos pertenecemos: somos un mensaje de la vida.
Hay numerosas razas humanas. Su desarrollo particular es la condición misma de su ascensión (17) y estamos listos para ayudar a las demás en su camino (18). Condenamos el imperialismo, que equivale a cultivar el parasitismo en nuestra comunidad. Al contrario, proclamamos que todos los valores, económicos o culturales, deben ser nuestra obra; degeneraríamos al querer sustraerlos.

Racismo es sinónimo de antisemitismo; los antisemitas desean exterminar a los judíos por lo tanto, el racismo tiene metas criminales.
El prólogo del Manifiesto socialracista recuerda que los judíos mismo han practicado el racismo. Por otra parte, lo siguen practicando y se encontraría alguna dificultad de tratarlos de antisemitas. El término “antisemitismo” se presta a confusión. Debería significar hostilidad para con los semitas, siendo que su acepción ordinaria no engloba a los árabes, limitándose a los judíos, sin precisar si se habla del pueblo o de los adeptos de la religión. Pero de acuerdo a los grandes diarios, toda oposición a cualquier empresa judía es antisemita y, por lo tanto, criminal.
En realidad, 1a cuestión judía se planteó en una etapa muy tardía de la evolución humana. Y esta cuestión resuelta, el racismo, fundado sobre las leyes de la vida, permanecerá válido. No se confunde, pues, de ninguna manera con el “antisemitismo”.
También, uno puede oponerse a tal actitud de los judíos, sin por eso desear su exterminación. Que haya habido reacciones brutales en el curso de la historia, en todo lugar, y periódicamente, esto prueba simplemente que los pueblos, una vez exasperados, no saben establecer matices en la elección de los métodos y que la causa primera de estas explosiones, reside en los mismos judíos (19). Se buscaría en vano, desde el comienzo de los tiempos, las causas y, por consecuencia, las responsabilidades que han llevado a los judíos a un parasitismo tan constantemente intolerable para todos los demás pueblos. Que estas responsabilidades sean compartidas o no, esto no cambia en nada el problema, cuya solución no consistiría en matanzas, ya que a pesar de las que nos muestra la historia; el problema sigue planteándose. La verdadera solución consiste en ubicar al pueblo judío al lado, y no por encima, de los demás, desarrollando una vida nacional sobre su territorio y creando él mismo sus valores económicos y culturales, sin explotar, conquistar ni despojar a los demás. Esto lo ordena el interés bien comprendido del pueblo judío. (20)
Nosotros, los racistas, no deseamos la exterminación de ningún grupo étnico. Estamos listos a ayudar al pueblo judío a reencontrarse; pero es necesario que haya en él un mínimo de buena voluntad para permitir soluciones amistosas.

no existe mas razas puras, dado las mezclas que se han producido. El racismo, entonces no tiene fundamento

El contradictor, aquí, recurre a una acepción permitida de la pureza (no ­mezcla), acepción que explica por otra parte el célebre pesimismo de Gobineau. Como las mezclas siempre han tenido lugar, las razas puras en el sentido antedicho no habrían podido formarse jamás.

Pureza significa solamente que las generaciones sucesivas son homogéneas, sin separaciones mendelianas. Criadores y seleccionadores obtienen corrientemente razas puras a partir de cruces.



El nacionalsocialismo era racista. Era malo. Por lo tanto, el racismo es malo.
Un colegial de tercer año refutaría fácilmente este silogismo. El nacional. socialismo no es todo el racismo que preexistía y que le ha sobrevivido.
Sin ninguna duda, los dirigentes nacionalsocialistas cometieron errores; si no, hubieran ganado la guerra. Quien ha perdido un partido de ajedrez sabe que ha cometido una o varias faltas.
Un estudio de estos errores, seguramente útil para el político deseoso de evitar la reincidencia, excedería el marco de este libro. Mencionemos sin embargo el principal, que atañe a la concepción nacionalsocialista del racismo. Esta, demasiado estrecha, se limitaba al tipo nórdico. Seguramente condujo a tratar a los pueblos de Europa oriental —polacos, ucranianos, rusos— como a pueblos conquistados en lugar de asociarlos inmediatamente a la lucha anticomunista. Hay fuertes razones de pensar que esta falta, teórica, no táctica, fue decisiva.
Pero el nacionalsocialismo tuvo sus puntos fuertes, sin lo cual no hubiera podido resistir de un modo tan sorprendente los asaltos del mundo entero. Y entre estos puntos fuertes, hay que mencionar el racismo que dio al pueblo alemán la certeza de combatir por una causa justa. Nos dirán que es torpe reconocer cosas buenas a un régimen repudiado por el mundo entero. Lo que es torpe, en realidad, es ceder ante una propaganda mundial de mala fe que, pretextando los puntos débiles, busca desacreditar los puntos fuertes, de los cuales quiere impedir el retorno. Ceder significa no responder a una objeción tan imbécil como el prejuicio número 4.

La mística racista del hombre le quita toda libertad; se convierte en un ser colectivo cuya personalidad pierde toda importancia.
Este prejuicio se basa por un lado en la vieja oposición determinismo libre-arbitrio, y por otro en la mentira, sistemáticamente propagada a pesar de las evidencias contrarias, según la cual sólo la democracia permite el desarrollo de las personalidades, mientras que los regímenes de autoridad, totalitarios, dictatoriales, “nazifascistas” quieren transformar al individuo en un simple número.
El determinismo sostiene que no hay efecto sin causa: los actos humanos tienen, sus causas y el individuo no podría actuar distintamente de cómo lo hace. El partidario del libre albedrío, por el contrario, sostiene que hay un efecto sin causa: el acto libre del hombre.
Ahora bien: la fe en el determinismo ejerce una acción depresiva. Hace considerar todos los esfuerzos y todos los sueños como inútiles, ya que lo que debe suceder sucederá y que el resto no se producirá nunca. De ahí el abatimiento. Luego el sobresalto desesperado de esperanza: ¿mi ambición, mi acción, no serían precisamente, por casualidad un eslabón causal decisivo que trae la realización deseada? Ultima fase: recaída en la melancolía: visto el determinismo, mi ambición, mi actividad, mis esperanzas y mis ilusiones, siendo resultantes, han sobrevenido, sobrevienen y sobrevendrán necesariamente; imposible querer otra cosa que lo que está inscrito en los astros si yo debo querer esto, lo querré infaliblemente. A esta altura, nuestro hombre considera el mundo y él mismo con una profunda indiferencia, con un tinte de penetrante tristeza de día de lluvia. Ya que en un rincón perdido bien al fondo, lejos de la mirada de la gente, lloran su alma de antaño y sus ambiciones de juventud.
Por lo tanto, el racismo, fundado en la herencia psíquica, aporta una explicación causal a actos supuestamente libres hasta ahora y contribuye a reforzar la interpretación depresiva recién descrita. Nuestro hombre se siente eslavo de la herencia.
De hecho, es la noción de libertad sostenida por el partidario del libre arbitrio la que es absurda y produce la depresión. Además de ser un efecto sin causa estrictamente impensable, se llega, una vez más, a sustraer el hombre a las leyes de la naturaleza, a postular para él un privilegio negado a todos los demás seres vivientes.
Volvamos entonces a la realidad más simple. ¿Cuándo tenemos el sentimiento de la libertad? Cuando nuestros actos expresan nuestra personalidad, nuestra alma. ¿Cuándo tenemos el sentimiento de estar reprimidos? Cuando nuestros actos obedecen a un imperativo exterior: una necesidad material, una orden que no aprobamos. ¿Qué hacer para aumentar el sentimiento de la libertad y disminuir el de la represión: —Descubrir nuestra moral predestinada, que deriva de la estructura de nuestra alma— de nuestra raza. Así, el racismo, que nos hace actuar según nuestra alma, nos hace conocer el canto de la libertad interior, el gozo de seguir nuestra ley.
Dicho con otras palabras, las dificultades desaparecen en el instante en que se abandona la vieja y famosa concepción de la libertad como efecto sin causa.
En cuanto a considerar la democracia particularmente propicia al desarrollo de la personalidad, es hacer humor involuntario. Las democracias, aun plutocráticas, conocen la más despiadada dictadura del conformismo. Los medios de comunicación masivos, orquestados, practican sistemáticamente la violación de las personalidades para imponer los ideales de la igualdad humana, el amor del “progreso”, la fe en la máquina y —por encima de todo— el antirracismo Son democracias las que han prohibido las reuniones del Nuevo Orden Europeo y que, por leyes o mediante una jurisprudencia ad hoc, impiden la discusión de ciertas cuestiones, como el problema judío. (21)
Al contrario, Adolf Hitler, a quien se acusa en general de ignorar e1 individuo y la personalidad, escribe:
“El Movimiento debe luchar por el respeto de la persona, no debe olvidar que en la persona reside el máximo valor de las cosas humanas, que toda idea y toda realización son debidas a la fuerza creadora de un hombre y que la admiración frente a la grandeza no representa sólo el reconocimiento, sino también la unión de los que agradecen.
La persona es irreemplazable, sobre todo si no encarna el elemento mecánico, sino el elemento cultural y creador. Así como un maestro célebre de la pintura no puede reemplazarse y otro no sabría terminar en su lugar una tela pintada a medias, también es irreemplazable el gran poeta y el pensador, el gran estadista, y el gran general (...)
Las revoluciones y los progresos más considerables sobre esta tierra, las obras culturales sublimes, las acciones inmortales en el arte y en la política, todas esas cosas están eterna e indisolublemente ligadas a un nombre. Renunciar a rendir homenaje al genio significa perder la fuerza inconmensurable que nos aportan los nombres de hombres y mujeres dotados de grandeza. (...)
Cuando los corazones humanos se destrozan y las almas desesperan, los héroes que vencieron la necesidad y las inquietudes, la vergüenza y la miseria, la esclavitud espiritual y física, estos héroes, desde el fondo crepuscular del pasado, posan la mirada sobre los mortales angustiados y les tienden sus manos inmortales!
¡Desdichado el pueblo que siente vergüenza de asirlas! “(22)
Como se ve, las mentiras de la propaganda plutodemocrática se distinguen aquí, como en todo, por el desprecio de la realidad.
Sin ninguna duda, un orden social comportará siempre cierto constreñimiento, pero que puede ser libremente aceptado. Es lo que escribía un camarada en la Europe Réelle Nº 26, Junio 1960:
“En el Estado racista, encargado de dirigir sus miembros con vistas al bien común, el individuo se encuentra liberado, ya que su personalidad no está más en conflicto con la de otros electores (como es el caso en la sociedad democrática) o con la de una oligarquía de funcionarios (como es el caso en la sociedad marxista). Al someterse de buen grado (...) elige voluntariamente, lo que es lo propio de un acto “libre”. (...)
La sociedad racista de mañana, será una comunidad étnica y social de hombres unidos libremente que construyan su devenir personal ‘trabajando codo a codo en la “obra comunitaria”.
En nuestra sociedad, el hombre será un hombre libre en el pleno sentido de la palabra”. LE VEILLEUR.





extracto del libro "Nosotros, los racistas- G. Amaudruz"

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DEL RACISMO AL RACIALISMO

INTRODUCCION:

Es cierto que la palabra racismo ha sido manoseada, apartada de su concepción verdadera por dilettantes o maníacos, y uno se creería bien inspirado al abandonarla. Así, podríamos reemplazar la palabra “racismo” por la de “racialismo” a fin de escapar tal vez a la mala fama. Pero aquello no nos pondría a salvo de una nueva deformación y añadiría al mal de nuestro tiempo (donde el valor y el sentido de. las palabras han caldo en una confusión penosa), dando al mismo tiempo razón a nuestros enemigos. Además, esta adaptación al medio democrático sería sospechosa desde más de un punto de vista. Luego, la honestidad más elemental exige más bien que establezcamos el significado de la palabra racismo en toda su pureza.Primero, condenamos la discriminación. El hecho de maltratar a un individuo a causa de su raza, de su color, de su idioma o de su religión es muy injusto. Todo el mundo puede estar de acuerdo sobre este punto. Por el contrario, pocas personas se dan cuenta del espantoso peligro engendrado por el antirracismo sistemático. La torpeza y la deslealtad que caracteriza a los políticos han obscurecido y deformado esta situación. Los que se niegan a afrontar este tema capital combaten en realidad contra los que creen defender.
Constatamos que existe, en escala mundial, un complot lúcido que intenta hacer un solo mundo recurriendo a la integración racial. Pero en todos los países donde se ha impuesto esta integración, el resultado fue una discriminación más grande que nunca. Los individuos son así empujados a la sublevación extrema con todo lo que ello comporta de resentimientos, de amarguras, de odios y de matanzas. Constatamos también que el hecho racial es a tal punto poderoso que el mal subsiste aún allí donde la mezcla es admitida, ya que cada grado de mestización hace nacer a menudo una nueva ase social.
En el campo social, los espíritus superficiales y los bienpensantes infantiles se han convertido en juguetes entre las manos de dirigentes que incitan a la violencia racial... ¡en nombre del amor universal! Es urgente que los pueblos tomen conciencia de la insondable imbecilidad de estas tentativas encubiertas bajo el manto del “amor universal”. En efecto, ¡la suerte del Hombre está en juego! El respeto a. la herencia biológica es un principio que es imposible no tomar en consideración cuando se trata de la evolución del hombre. Los que, en nombre de la “fraternidad humana”, hacen desaparecer el patrimonio hereditario de un plumazo, no le impiden actuar. En efecto, la Naturaleza castiga las violaciones de las leyes de la vida, y los antirracistas trabajan a favor de su desaparición combatiéndonos. Que por lo menos esta reflexión los lleve a tolerar nuestras ideas y a respetar la libertad de opinión que ellos proclaman.
El bienestar de la humanidad depende del bienestar de cada raza y recíprocamente, ya que una no puede desarrollarse verdaderamente sin la otra. El racista elimina de su vocabulario la palabra igualdad. La idea misma de igualdad es un absurdo. Los hombres son por esencia desiguales tanto en lo físico, como en lo moral. Sucede lo mismo con las razas. El racista sabe muy bien, que lo que los demócratas llaman prejuicio es un reflejo defensivo normal, comunitario, y que pertenece a cada raza. Sólo trabajando en el sentido de una conciencia racial esclarecida se puede resolver en armonía geográfica y en paz los problemas ligados a la idea de la Sangre.





estracto del libro "Nosotros, los racistas- G. Amaudruz"

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