Luego de ver uno de los hechos que marcaron este pasado 11 de septiembre, avanzamos unas horas y llegamos al anochecer. Todos sabemos que hay lugares que son muy conflictivos para este tipo de fechas dentro de la capital. Ciertas poblaciones y sectores se inundan de violencia amparándose en fechas que, estamos seguros, no les toco vivir, ni siquiera comprenden.
Decir que todos son activistas políticos seria cegarnos ante la realidad, la realidad es más cruda y no son más que lumpen, y lo peor de todo, con cierto grado de organización…Quien tenga a mano cualquier texto de historia se dará cuenta que nuestros antepasados Mapuches combatían a los españoles con técnicas de guerrilla, montoneros y pillaje. Eso se entiende dentro del contexto de una guerra que se llevo hace más de 500 años. Pero hoy, a comienzos del tercer milenio estas mismas tácticas se repiten pero, ¿para que? Esa misma pregunta se debe hacer usted. Apelaremos a un ejercicio de imaginación y supongamos que en medio de los disturbios de anoche congelamos el tiempo.
Sacamos de la impunidad que otorga la noche a uno de estos pequeños vándalos, y previo a encadenarlo y ponerle un bozal que le permita balbucear le preguntemos ¿joven, porque tiras piedras, disparas contra la autoridad y rompes cuanto se te cruza en frente? Seguramente balbuceara unas cuantas palabras, garabatos, y extraños ruidos con la garganta. A estas alturas la escena parecerá más una especie de exorcismo. La respuesta es lógica, es por el solo hecho de dañar, de destruir, sin tener mas causa que una fecha que ellos, dentro de la limitación de su estructura mental, no comprendan muy bien.
De quien es la culpa de que estas “personas” sean así? Causas pueden haber muchas, explicaciones aún mas. Si es claro el hecho de que por estos grupos de desalmados que queman y rompen todo a su paso, arruinan a pequeños comerciantes, dejan sin luz a vastos sectores de la capital, queman autos y lo mas grave, están dispuestos a matar a quien se les cruce por delante, se vea alterada la vida de trabajadores honestos y gente decente que les toca convivir con estos exaltados. Y claro, como todo cuadro tiene su contraparte ilógica, si alguno de estos inofensivos hijos de la injusticia es agredido, o muerto, no faltara quien se apoye en los tan manoseados y ambiguos derechos humanos para transformarlo en mártir político de una fecha simbólica y usarlo como ejemplo contra el aparataje publico para denunciar que aun existe violencia política en Chile(recordaran a un melenudo senador paseándose de canal en canal acusando ser victima de la represión policial, por suerte existe youtube para dejar en evidencia que la blanca paloma también tenia sus alitas manchadas con sangre).
Anoche murió un carabinero de un tiro en la sien, que dejo a 3 hijos y una viuda, además de otros 40 uniformados heridos de diversa consideración. Claro, nuestras autoridades lamentan lo sucedido, dan sentidas palabras y hace ya muuuuuuchos años vienen diciendo que esto es inaceptable y no se puede repetir, y aquí viene la pregunta del millón ¿hacen algo para combatirlos o al menos para prevenirlo? La respuesta es muy obvia, para cuidar una estatua y el palacio de gobierno donde habitan los detentores del poder se movilizan grandes masas de uniformados. Para proteger al comerciante que ve todos los años su negocio saqueado, a la dueña de casa que ve horrorizada como rompen sus vidrios y escucha el silbar de las balas se moviliza la misma cantidad de efectivos? Y nuestras fuerzas policiales se ven atadas de manos por lo antes mencionado, si dañas al lumpen se convierten en mártires para algunos y causal de venganza de las hordas de animales.
No se trata de ser coercitivo ni represivo, no es la idea, el solo hecho de recurrir a la fuerza para aplacar un mal es sinónimo de sociedad enferma, pero algo deben hacer contra estos grupos, que manejan arsenal pesado y armas de grueso calibre, propio de grupos terroristas y organizaciones de narcotráfico, me inclino más por esto último. Es hora de ponerse los pantalones señores del gobierno ya que estamos a años luz de parar esto, porque el sentirse con plena impunidad para operar abre el apetito de estos grupos.
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Seguramente esos destrozos ayudan a la causa obrera.
Inclusive pudimos notar que el embajador de Venezuela en Chile, fue víctima de una agresión INVOLUNTARIA por parte de las fuerzas de orden público.
