06 de Agosto de 1945, el fin de la segunda guerra mundial en el otro lado del mundo; luego de los millones de muertos de Alemania, de los cobardes bombardeos sobre ciudades indefensas, los criminales de guerra, los líderes de EEUU, G.B., URSS y otros, conducen toda la sed de sangre sobre Japón, nación que pese a la adversidad no estaba dispuesta a rendirse.
En vista de la situación, EEUU, el país que libra guerras por todo el mundo en nombre de los DDHH, que atacó al III Reich por haber ocupado 1 solo país, y que determina los designios del resto de los pueblos, se decide a terminar esta guerra del modo mas carente de honor y humanidad.
Ciertamente, es por lejos EL CRIMEN DE GUERRA MAS GRANDE DE LA HISTORIA, y sin embargo, ¿cual ha sido el castigo para los culpables?, en vista de la cobarde aniquilación y guerras maricas sin verle la cara al enemigo; la justificación para censurar a los regímenes fascistas NO PUEDE SER EL HECHO DE MATAR, los paises "democráticos" fueron los más asesinos de la 2da Guerra y quienes no han parado de derramar sangre desde 1945 a la fecha.
La historia la escriben los vencedores, sin embargo, es deber moral de cada persona medianamente inteligente preguntarse el ¿por qué? de las cosas, ¿por qué no se castiga a los responsables de este horrible hecho, por qué no hay censura mundial hacia EEUU, por qué a través de todos los medios se insta a odiar al Nacionalsocalismo?.
De las 350.000 personas que se encontraban en Hiroshima el 6 de agosto, en el momento de la explosión, 140.000 habían muerto en diciembre de 1945. En Nagasaki, bombardeada tres días después, murieron 70.000 de sus 270.000 habitantes.
Vi a gente quemada, caminando por las calles sin saber a donde ir", explica Teramae, la estudiante de 15 años de la central telefónica. "Entre ellos había una mujer embarazada que había dado a luz a causa del shock de la bomba. El primer llanto del hijo fue sobre el cuerpo quemado de la madre."
"Lo más horrible que recuerdo es cómo escapé de la ciudad caminando por encima de los cadáveres", recuerda una mujer, que entonces era una niña de ocho años. "Había gente postrada con quemaduras graves que al pasar me agarraba las piernas pidiendo agua, pero huí, abandonándolos, porque quería vivir. Desde entonces, mi vida ha sido miserable", dice.
"Acudí al hospital de la Cruz Roja de al lado de mi casa para atender a unos parientes, al pasar una mujer me llamó, me dio un par de palillos y me pidió que retirara los papeles de periódico que cubrían su espalda", recuerda un trabajador coreano, entonces de 17 años. "Cuando los retire, quedé sin palabras; estaba llena de gusanos. Me pidió que los extrajera con los palillos. No estaban allí pululando, sino que vivían en su cuerpo. No lo puedo olvidar".
Otra niña de 15 años, recuerda que, "pocas horas después de la explosión había relámpagos y caía una lluvia negra como de chaparrón vespertino. Temíamos que hubiera otro bombardeo y corrimos a escondernos bajo los árboles. Pasamos la noche en un bosquecillo de bambú, muchos venían allí en busca de refugio, todos vomitaban. Hasta los que parecían heridos y quemados leves morían a los pocos días, lo que provocaba mi asombro".
Un joven de 21 años que sobrevivió a un kilómetro del hipocentro explica que el día 8 le introdujeron herido en la tienda de un hospital de campaña; "había gente con quemaduras mas graves que las mías, un hombre con cristales rotos en los ojos, una persona cegada con los ojos completamente abiertos, y otros enloquecidos que gritaban cosas extrañas y temblaban. Era el mismo infierno".
"Lo más horrible que recuerdo es cómo escapé de la ciudad caminando por encima de los cadáveres", recuerda una mujer, que entonces era una niña de ocho años. "Había gente postrada con quemaduras graves que al pasar me agarraba las piernas pidiendo agua, pero huí, abandonándolos, porque quería vivir. Desde entonces, mi vida ha sido miserable", dice.
"Acudí al hospital de la Cruz Roja de al lado de mi casa para atender a unos parientes, al pasar una mujer me llamó, me dio un par de palillos y me pidió que retirara los papeles de periódico que cubrían su espalda", recuerda un trabajador coreano, entonces de 17 años. "Cuando los retire, quedé sin palabras; estaba llena de gusanos. Me pidió que los extrajera con los palillos. No estaban allí pululando, sino que vivían en su cuerpo. No lo puedo olvidar".
Otra niña de 15 años, recuerda que, "pocas horas después de la explosión había relámpagos y caía una lluvia negra como de chaparrón vespertino. Temíamos que hubiera otro bombardeo y corrimos a escondernos bajo los árboles. Pasamos la noche en un bosquecillo de bambú, muchos venían allí en busca de refugio, todos vomitaban. Hasta los que parecían heridos y quemados leves morían a los pocos días, lo que provocaba mi asombro".
Un joven de 21 años que sobrevivió a un kilómetro del hipocentro explica que el día 8 le introdujeron herido en la tienda de un hospital de campaña; "había gente con quemaduras mas graves que las mías, un hombre con cristales rotos en los ojos, una persona cegada con los ojos completamente abiertos, y otros enloquecidos que gritaban cosas extrañas y temblaban. Era el mismo infierno".
CULPABLES DE CRIMENES DE GUERRA
ASESINOS Y COBARDES
ASESINOS Y COBARDES
1 comentario:
Es increible como textos como éste, pero 'del lado oscuro' tienen mucha más entrada que éstos que muestran una realidad nueva para la gente común, para aquella que nunca ha dudado de lo que nos enseñan en la escuela.
Saludos y felicitaciones.
Me gustaría que éste blog fuera más conocido.
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